De mujeres y dagas | Thanatos

por **Verenaa** el Lun Nov 11 2019, 23:02

Verenaa estaba sentada en la mesa del taller, las manos ocupadas en un tomo antiguo. Tomos como aquel, voluminosos y antiguos, le recordaban a los dragones. De aspecto misterioso, llenos de historias atrapadas bajo las escamas. Se lamento de que su raza fuera tan poco diestra en las artes. Le habría encantado poner por escrito tantas y tantas cosas que había vivido, tantas batallas, tantos romances, su fe y su perdida. Se recostó sobre su silla y lanzó un suspiro. Su vida habría sido un libro maravilloso, que mala suerte no tener talento.

Y ahora estaba su boda. Un capítulo tan interesante como estresante. A ratos pensaba que aquello iba a salir bien y ratos recordaba que estaba a punto de casarse con un desconocido, un desconocido endemoniadamente atractivo y seductor pero ya había comprobado que el sexo no era precisamente lo que haría de ellos un matrimonio feliz, al menos no por ahora. Se pasó una mano por el pelo, apartandoselo de la cara. De todas formas si quería tener paz con su señor padre y su señora (le subió un escalofrío por la espalda) suegra no iba a tener más remedio que contraer nupcias.

-Señora- Verenaa cerró el tomo que tenía entre las manos y se giró a atender al esclavo que la miraba desde la puerta. - ¿Interrumpo?

-No te preocupes, estaba acabando. - Agarró un trapo de la mesa para limpiarse los restos de suciedad y productos del taller de entre los dedos. -¿Ocurre algo?

-Señora, una visita le espera en la sala de invitados. - Verenaa ladeó la cabeza con curiosidad. No esperaba visita y obviamente no era un cliente, le habrían llevado a la sala de reuniones que había junto al taller.

-¿Una visita? ¿Quién?

- La Señora Inquisidora.

A Verenaa se le aceleró el pulso y se levantó de golpe. ¿Thanatos? ¿Allí? ¿Y ella con esas pintas? Salió del taller a paso ligero, pasándose las manos por el pelo, intentando peinarse, alisándose la túnica que llevaba de andar por casa. Al menos se había puesto la burdeos, que sabía era un color que le gustaba a la dragona. Se detuvo un momento junto a la puerta y cogió aire. Siempre se sentía ligeramente nerviosa cuando iba a verla, era absurdo. Cuadro los hombros, sacó todo el aire de dragona regia que tenía y abrió la puerta.

-Señora Inquisidora. - La dragona sonrío, encantadora. Thanatos era tan hermosa como el primer día que la había conocido en la corte, siempre con ese aire serio y misterioso. Desde que la dragona había empezado a trabajar para la Inquisición de la Reina Madre no habían tenido demasiadas oportunidades para estar juntas. -Qué sorpresa tenerla en mi humilde castillo, ¿Puedo ofreceros algo de beber?

por **Thanatos** el Miér Nov 20 2019, 02:54

Había pasado un largo tiempo, un tiempo del cual pareciera que ya no es en secuencia sino como una ineludible línea recta, en ese momento me haba puesto a pensar en Verenaa, una mujer que a pesar de ser una Dragona y una asesina, ella no tenía igual en ninguna de las cosas en las que realmente la denostaban, realmente era una delicia de Dragón, podía estar horas enmarcando la belleza que ella misma regala a todo a su alrededor, su carácter fuerte y marcado de su persona es algo que he admirado desde el momento en que le conocí, esa poderosa forma de ser imponente, poderosa e indomable me parecía algo realmente bello en ella, además de su pasión para trabajar, pasión que no tiene nadie que envidiarle a nadie.

Estaba emocionada, quería verle otra vez, luego de tanto tiempo, era realmente bello recordar viejos momentos con ella, pues hace mucho que necesitaba verla, ponernos a jugar entre nosotras, sea en la práctica de combate o en algo más profundo que requiera del tacto, realmente estaba bastante contenta de poder verla.

A pesar de que estaba feliz, ella parecía quererse casar aunque no sabia quien sería el afortunado, así que ahora no debía mantener esos deseos, si ella realmente quiere dedicarle su vida y su corazón a otro hombre o mujer, yo realmente selo respetaría, eso si no puedo dejar que pase desapercibida la oportunidad de verla y poder felicitarla, es lo menos que podía hacer, pensando y emocionándome porque ella puede tener sentimientos de los cuales yo no poseo ni de cerca, ni nunca poseere, entregarte por completo a alguien es tan lejano en mi como lo es la inmortalidad para los seres humanos, realmente el miedo de quedarme sola a veces parece convertirse en la aceptación mas grande, puesto que para eso si tengo el destino asegurado, mientras los demás se conviertan en mis juguetes, puesto que justificare mi soledad, dejando huella en los demás.

Aunque ahora no era momento para deprimirme, estaría contenta de verla nuevamente feliz, con toda esa belleza única de su persona, así que le dije a mis esclavos que me prepararan para ir, pude ponerme un Bonito Vestido, esperaba a que ella le gustara, estaba ansiosa realmente, además que poseía un cofre que tenía una sorpresa que le gustaría, o por lo menos eso esperaba.

Había preparado un carruaje para ir a visitarla, que me había dejado en su residencia, baje con cuidado mientras delante de la misma, la había visto y no me quedo otra que sonreír, estaba hermosa, hermosa como siempre lo estaba y estaría, más allá de los arreglos y de las simplezas, estaba bella y eso era algo que nada podía cambiar, ni siquiera el pasar del tiempo.

mientras me saludaba con toda esa cortesía, me incline para responderle, Lady… dije en un tono suave y tranquilo Es un placer verte de nuevo, Lady Verenaa, dije respondiéndole sin que la sonrisa se me quitara, mientras me ofrecía algo de beber, Si por favor, mientras me hagas compañía, le dije sin reparos mientras avanzamos un segundo chasquee los dedos mientras uno de los esclavos vino con un baúl pequeño para que yo loa abriera y le mostrara el contenido en su interior.

Este regalo te lo quiero dar solo para ti le dije, dejándole ver el juego de dagas que eran solo para ella.

Son armas provenientes de la tierra donde me crie, ojala te gusten, son absolutamente tuyas, no quería venir con las manos vacías, le dije mientras no dejaba de verlas, esperaba que les gustaran, si ella estaba por casarse, los regalos no le faltarían, peor estaba contenta de poner mi grano de arena para que sea uno de sus momentos mas felices.

por **Verenaa** el Dom Nov 24 2019, 23:43

Verenaa, y estaba segura de que Thanatos también, sabía perfectamente cuales eran las enseñanzas del templo y de la Reina Madre sobre las relaciones entre dragonas pero ¡Oh Reina Madre en su alto vuelo! ¿Cómo iba a ignorar Verenaa la tentación cuando la señora Inquisidora se presentaba ante su puerta con semejante vestido? Le costaba horreres no dejar caer una furtiva mirada sobre sus largas y seductoras piernas.

-Entonces que sea vino - Chasqueó los dedos y en menos de un minuto apareció un criado, la mirada baja, su expresión corporal servicial y expectante. Verenaa ordenó que trajeran un vino de la bodega y algo para acompañar al gusto de la señora de la casa, ósea ella, lo que venía a significar que traerían quesos, panecillos y cualquier delicia que pudieran preparar en las cocinas. -¿Un regalo? ¿Para mi? - Verenaa frunció el ceño. Le agradaba, a todo dragón le agradaba un regalo, pero conocía a Thanatos lo suficiente para saber que no hacía nada sin una intención detrás. Evidentemente habían intercambiado regalos antes, eran amantes desde hacía muchos años, pero tantas sorpresas juntas empezaban a hacerle sospechar.

Eso no evitó que al contemplar el juego de dagas en el interior del cofre abierto las mirara con gustosa avaricia. Agarró una y la levantó para contemplarla. La sacó de la vaina y dejó que el filo reflejara el brillo de la luz solar. No pudo evitar pensar en la espada que había colgado en sus aposentos, regalo del propio Lorian durante su último encuentro... ¿Era tan evidente que le gustaban las armas o simplemente había dado con una amante y un esposo que tenían un gusto terriblemente exquisito para hacer regalos?

-Son maravillosas, Thanatos, muchísimas gracias. - Le respondió, agradecida de corazón. Dejó la daga en el cofre y el criado de la inquisidora se retiró rápidamente. -Me gustaría corresponder pero no tengo nada preparado.

Verenaa le mandó cerrar la puerta con un gesto y entonces aprovechó para agarrar a su compañera por la cintura, acercarse a ella y acariciar su mejilla con la punta de la nariz, buscando la intimidad de su contacto físico.

-¿Esto es un regalo de bodas, un soborno para que no te abandone o un poco de ambas cosas? - Preguntó en un susurro, arqueando una ceja.

por **Thanatos** el Sáb Dic 07 2019, 05:29

Sonreí de oreja a oreja mientras parecía que mi detalle parecía gustarle, pero Verenaa sabe leerme bastante, sabe de mis inquietudes, el hecho de que pareciera que ahora sería quien se casaría sentía como que al unirse a semejante compromiso tal vez podríamos dejar de vernos, hace mucho tiempo que no nos veíamos, que nuestra piel se uniera con la suya en ese mágico roce que ella con firmeza puede provocar, pero he de ser sincera, me molesta el sentir el hecho de que tal vez debería seguir sin ella, no soy alguien de tener demasiadas relaciones y realmente no me gusta perder las pocas que tengo, mas allá de que ella podía ser la más bella de las maestras, aun mi piel pedía a gritos la suya, además de acariciar la suya, llenarla de besos y de caricias, no quería pensar que todo eso que ocurría entre nosotros se perdería para siempre.

Estaba encantada que parecía que las dagas le gustaran, realmente son de colección y están hecha de los mejores artesanos de Talos, mientras caminábamos un poco hasta entrar, No tiene que retribuirlo querida, es un regalo de corazón, le dije tranquila, con una sonrisa sincera, no tenía idea ni ganas de mentir, no esta vez, no con ella, mientras después de que las puertas se cerraran, sentía como Verenaa se acercaba a mí,Ah, escapo de mi boca cuando hizo su gesto de tomarme mientras su agarre alcanza mis caderas no pude evitar sonreír ,esas manos tan fuertes y firmes que me traían tan bellos recuerdos, más allá que sentía que mis manos se adaptaban a su cuerpo, tomándola también de cintura, mientras sentía como si nariz tocaba mi mejilla, cerré mis ojos para disfrutar de ese tacto tan hermoso y familiar, Verenaa seguía siendo la misma, con esas palabras y con esa labia tan hábil y sincera que tenía conmigo, puesto que seguramente sabía que era lo que quería.

Se escapó de mi bocanada de aire caliente, que deje caer sobre su cuello, mientras iba a hablarle al oido,su solo agarre me habia extasiado Las dagas son un regalo de bodas, pero tengo otras cosas que darte para que no me abandones… le dije hablándole al oído, mientras tenía idea de que si así es como iba a recibirme, realmente tengo que darle algo por su hospitalidad, Quiero que sepas que estoy aquí para ti, para recordar los viejos tiempos, le dije, mientras le deje un beso suave en su cuello, ya que estaba teniéndome en esa posición era imposible que yo no entrara en calor, Verenaa lo sabía muy bien, sabía muy bien cómo tratarme, era suya para solo ese momento y podía hacer conmigo lo que quisiera…

por **Verenaa** el Dom Dic 08 2019, 23:44

La señora inquisidora no respondió inmediatamente pero su reacción dejó a la dragona extasiada. No pudo evitar devorarla con la mirada conforme toda ella reaccionaba al contacto de su agarre, como si la distancia y el tiempo que las había separado hiciera de ellas algo desconocido pero a la vez profundamente familiar. Verenaa había recorrido aquellas curvas cientos de veces y sin embargo Thanatos reaccionaba a ella como si fuera la primera vez.

Su respuesta susurrada cálidamente sobre la piel no hizo más que despertar un hambre lujuriosa que la dragona no había tenido intención de sentir cuando había buscando el contacto de su amante. Le tentaba con una promesa que Verenaa de pronto ansiaba con desesperación. Fue dolorosamente consciente que la piel desnuda de sus manos estaba al alcance de la mano. El beso terminó por derrotarla. Estrechó a Thanatos entre sus brazos y con un movimiento posesivo la apretó contra sí, buscándo su boca para besarle.

Verenaa encontraba enternecedor, y la vez absolutamente halagador, ser consciente de que la dragona había ido a visitarla por que sentía peligrar la relación de amantes que mantenían. Aquello no hacía más que encenderla. Sabía que debería haber dicho algo para calmarla, susurrarle promesas románticas como hacían los caballeros en las novelas que tanto le gustaban leer, asegurarle entre caricias que una parte de ella siempre le pertenecería mientras Thanatos siguiera queriéndola a su lado pero Verenaa era demasiado pasional. Le agarró por la barbilla y con un ruido a medio camino entre el gruñido y el suspiro de placer le mordisqueó los labios e invadió su boca con la lengua, poseyendola.

por Contenido patrocinado

Bienvenidas	Guía del novato	Tablón de	Búsquedas	Cerrar temas	Viejos awards
Ausencias	Dracotutorías	Ganar Dracs	Anuncios	Busco rol	El Pregón

De mujeres y dagas | Thanatos

De mujeres y dagas | Thanatos

Re: De mujeres y dagas | Thanatos

Re: De mujeres y dagas | Thanatos

Re: De mujeres y dagas | Thanatos

Re: De mujeres y dagas | Thanatos

Re: De mujeres y dagas | Thanatos